En el año 1907 morían D. Pedro y D. Domingo de Aguirre, dejando a su sobrino D. Pedro de Icaza y Aguirre un generoso legado, fruto de su esfuerzo en la lejana localidad de Tepic, México, al objeto de que lo invirtiera en obras de utilidad pública y de beneficencia, con arreglo a instrucciones que le fueron comunicadas.
Siguiendo tales instrucciones D. Pedro fundó, organizó y puso en marcha tres fundaciones entre ellas la que nos ocupa: la Fundación Vizcaína Aguirre.